Nos reunimos 18 comensales, facultad y alumnos de la licencia en Teología bíblica, con 2 que prestaron su servicio en el triclinio. Un ambiente de flor y canto, la algarabía sublime para festejar la liberación de la esclavitud en nuestra historia «sinagogal», eclesial, católica y personal (Éxodo 12-15), experiencia única para varios participantes, uniendo los dos Testamentos y la tradición de nuestros padres y madres en la fe.
Abundaba el ambiente festivo, perfumado por el cordero, la matza (pan ácimo), ensaladas de hierbas amargas y manzana, hummus, dátiles e higos, vino y sidra; las velitas iluminaban la mesa, el canto del
rito pascual, el Halel y cantos judíos tradicionales irradiaban el corazón.
Se comenzó la Cena pascual judía, la Hagada para Pesaj, a las 19:00 horas, con un breve ensayo y repartición de las voces (en hebreo y en español), y a las 22:00 se concluyó con dos cantos y el brindis, lešanah haba’ah bîrûšalaim, «¡EL AÑO PRÓXIMO EN JERUSALÉN!», que tradicionalmente pone punto y aparte al sacramental de la Cena con alusión escatológica. Una admirable fiesta, tanto personal como pedagógica, y una modesta preparación para la Semana Santa que nos espera a la puerta de nuestra liturgia.